Sora's Souls / Águilas Plateadas / Capítulo VII La propuesta de Blake

Capítulo VII La propuesta de Blake

Todo estaba oscuro. De pronto un fuerte ruido comenzó a taladrarle el cerebro, era un grito, resonante, con eco, voces por todas partes, el sonido del fuego era tan alto que le vibraba el alma.

Sora se incorporó en la cama, sudorosa. “Un sueño, solo ha sido un sueño”.

-¿Estás mejor?

La chica se fijó en que estaba en su cuarto, pero no sola. “Ha pasado de verdad”. El bandido con ropajes de clérigo se le acercó –Creo que no nos hemos presentado adecuadamente –dijo con una sonrisa –. Mi nombre es Ezequiel, y estos son Power, Fayna y Simmon –señaló al tipo con capucha que había visto antes, a la mujer de la lanza y al hombre con bigote de la mañana –. Debo decir que nos impresionaste, a tan temprana edad y moverte de esa manera es algo extraordinario –el hombre tenía un rostro amable, pero Sora sentía un nudo en el estómago.

-Si necesitas hablar puedes contar con nosotros. Habrá sido una noche dura para ti –le dijo la mujer de la lanza mirándola directamente a los ojos con cierta preocupación.

-¡Le arrancó un puto ojo a Gunnar! –exclamó Simmon indignado -¿En serio la estáis tratando como si fuera una niña pequeña? Ha hecho picadillo a uno de nuestros compañeros y ha dejado a otro inconsciente de un cabezazo.

-¡Es! Una niña pequeña –reprochó Ezequiel enfadado –. Por mucha sangre que hubiera esta mañana no es lo mismo que lo que acaba de pasar.

-¿Y en qué cuernos se diferencia? –preguntó Simmon asqueado.

-Niña, ¿te has peleado alguna vez con alguien en serio? –preguntó la mujer de la lanza obteniendo un gesto afirmativo por respuesta –¿Pero alguna de esas peleas ha estado igualada? –Sora negó.

-¿Y qué tiene que ver? –dijo Simmon claramente molesto.

-¡Que no es solo el hecho de la sangre cretino! –Ezequiel estaba empezando a perder la paciencia –¡Hemos atacado su pueblo! ¡Hemos quemado sus casas! ¡Hemos amenazado con matar a todos sus conocidos! ¡La hemos responsabilizado de la vida de todos ellos! ¡La hemos hecho enfrentarse contra un cabrón que podría haberla matado y haber violado su cadáver allí mismo! ¡Y ha acabado teniendo que reducirlo a una puta masa irreconocible, porque ese capullo la ha hecho frente a pesar de que nadie nunca lo había hecho! ¿No eres capaz de entender la conmoción y la ansiedad por la que ha tenido que pasar?

Ante lo tenso que se había puesto el ambiente, Simmon se encogió un poco avergonzado y refunfuñó –Solo digo que como a una niña pequeña tampoco, no es para ponerse así.

-Fuiste muy valiente –interrumpió Power –. ¿Quién te enseñó a pelear?

-Mahesh, el capitán de la guardia –respondió recelosa. Había tenido miedo de que quisieran hacerla daño por matar a uno de sus compañeros, por suerte parecía que no le tenían mucho aprecio.

-¿Cuántos años tienes? ¿Ocho? –preguntó Ezequiel.

-Nueve –respondió como un resorte. No le gustaba que dijeran que era menor de lo que realmente era.

-Con nueve y ya eres toda un guerrera –Ezequiel se sentó a los pies de su cama -. Por cierto, te hemos cambiado la ropa, bueno, ella te ha cambiado la ropa –señaló a Fayna mientras lo decía –. Estabas literalmente bañada en sangre.

Sora seguía un poco ida, el clérigo la miró con preocupación.

-Estás todavía conmocionada niña, recuéstate.

-¿Qué pasa con mis amigos? –preguntó de repente asustada cuando la imagen de Kanijou arrastrándose por la arena le cruzó la mente.

-No tienes de qué preocuparte. No hay muertos y apenas hay algunos heridos, ninguno grave -le informó Ezequiel.

-Déjalos pasar –dijo Fayna.

-Blake nos dio órdenes de que nadie del pueblo… -comenzó Simmon.

-¡No me importa! Que pasen –interrumpió Fayna. Simmon se dirigió a abrir la puerta de mala gana. En cuanto se abrió lo suficiente Kanijou y Lou entraron a toda prisa en la habitación, saltaron a la cama y empezaron a llorar y a hablar con Sora atropelladamente.

-¡Creíamos que te habías muerto!

-¡Te fuiste de repente!

-¡La gente estaba asustada!

-¡Ese tipo daba mucho miedo!

-¡Estabas sangrando mucho!

-¿Te vas a morir?

-¡No te mueras!

-Calma, calma muchachos –intervino Ezequiel –. Sora está bien, aún un poco confundida, pero la he curado y no le queda ninguna herida.

Los dos niños saltaron al regazo del clérigo.

-¡Menos mal creíamos que se iba a morir!

-¡No dejes que se muera!

-¡Es nuestra amiga!

-¡Te pagaremos si la curas!

-¡Me pondría muy triste!

-¡No tenemos dinero, pero te dejaremos llevarte algún mueble de la casa!

El hombre miró a sus compañeros buscando ayuda, pero las puertas se volvieron a abrir y entró Blake.

-Damas y caballeros, no hay de qué preocuparse, el gran Blake ha llegado a resolver vuestros problemas y… ¿Qué cojones hacen estos niños aquí?

Lou y Kanijou se pusieron detrás de Ezequiel mientras Fayna se encaraba con Blake.

-Yo les he dicho que podían entrar.

-Bueno… creía que había dado órdenes de que no entrara nadie del pueblo hasta que acabara la negociación y… ya sabes el líder manda y… el resto obedece… -le dijo de forma despectiva.

-Sí, pero últimamente has cambiado mucho de opinión. Lo mismo de repente te daba el venazo y querías que entraran –la mujer de la lanza lo fulminaba con la mirada mientras hablaba –. Es como cuando nos dijiste que no íbamos a atacar este pueblo porque sería peligrosísimo para todos y, de repente, decidiste por tu cuenta que sí.

-Ooooh así que estás molesta porque…

-¡Me mandaste una puta nota diciendo que entrara con todos en Pladilia! ¡Que cogiésemos a todos los habitantes y los llevásemos a la plaza pero sin matar a nadie! ¡Y esa misma mañana Gunnar volvió sin un ojo y medio desangrado! ¡PENSABA QUE OS HABRÍAN CAPTURADO Y QUE NECESITÁBAMOS REHÉNES!

-¡Guau! Desde luego la próxima vez que vayamos a una taberna cuéntalo, seguro que dejas a los bardos atónitos con esa historia.

-¿Qué querías que pensara entonces? ¡No diste ninguna explicación y me mandas, UNA NOTA, diciendo que invada una ciudad y secuestre a trescientas personas!

-Concretamente son trescientos sesenta y dos, llevan muy a rajatabla el tema de la cantidad de población que…

-¡CIERRA - LA PUTA – BOCA!

-De acuerdo, de acuerdo, tienes razón. No me he portado bien con vosotros y os pido disculpas –Blake se giró para poder mirar a todos –. Lo siento, vi una oportunidad y me tiré a por ella. Esta chica sería un gran activo para el grupo, por cierto que no se me olvide, Ezequiel, tienes que ir a curar a Mauro, le han encontrado en la herrería, alguien lo dejó inconsciente.

Sus ojos se posaron en Sora que rápidamente desvió la mirada.

-¡Dioses! ¿Está bien? –preguntó el clérigo preocupado.

-Sí. Sangra un poco pero tenemos unos lotos, lo único que le arregles la nariz.

-¡No cambies de tema! –Fayna no estaba nada conforme con las explicaciones y no iba a soltar a su presa así como así -. ¿Por qué me hiciste asaltar una ciudad? ¿No había otra forma de conseguir que la niña viniera?

-¿Qué querías? Que llegara a la casa de Yassir y dijera “Oiga esa niña encajaría de puta madre en nuestra banda de criminales, entréguennosla, gracias, buen día” –dijo burlón mientras ponía una voz excesivamente grave.

-No lo sé, pero seguro que podíamos haberlo hablado entre todos. A alguien se le podría haber ocurrido algo mejor.

-Mira, no quiero tener secretos con vosotros –Fayna reprimió el impulso de estrangularlo –. Esto que os voy a decir no creo que os sorprenda, pero Hasim era un capullo.

-Espera, ¿qué? –preguntó la mujer incrédula.

-Sabéis que estaba intentando poner al resto en mi contra, no podía quedarme de brazos cruzados.

-¿¡Has usado a una niña para matar a Hasim!? –gritó Fayna.

-¿Has aprovechado los códigos de los dioses para una venganza personal? –clamó estupefacto Ezequiel.

-¿Qué te pasa en la cabeza? –Power no daba crédito.

-¡Oíd! Sé que dicho así suena muy mal, pero sabéis que tengo razón. Hasim no iba a parar hasta que hubiera una rebelión interna. Algunos aún no se han recuperado y su lealtad podría no ser tan sincera como aparenta. Y la niña ha sobrevivido ¿vale? No hay de qué preocuparse –se giró al clérigo  -. Y no vi muy disconformes a los dioses, podían haber intercedido por Hasim  y sin embargo, mirad la respuesta que tuvimos cuando pusimos su sangre en el fuego. ¡Venga Eze! Sabes que estaban encantados.

El clérigo se quedó callado unos instantes –No voy a decir que no, aun así te has portado como un imbécil.

-¿Y ahora qué? –preguntó Fayna –¿Nos vamos y aquí no ha pasado nada? ¿Los pladilienses no tienen nada en contra de que nos llevemos a la niña? ¿No dirá nada el rey por los destrozos y por su puñetero número de trescientos noventa y tres habitantes?

-Trescientos sesenta y dos.

-¡Lo que sea!

-Por eso llevamos dos horas negociando. No os preocupéis, está toooodo solucionado. Les he contado un poco cómo somos realmente. Por suerte me habéis hecho caso y no ha habido muertes, bueno, ha muerto Hasim, pero no creo que nadie lo eche de menos. También les he hablado de él, han coincidido en que era un capullo.

>>Lo importante es que ella ahora es de los nuestros, así que si mandan a la guardia tendrán que ir contra ella porque está obligada a defendernos, eso o los dioses la tendrán por traidora. No les ha quedado mucho más remedio que tragar. Les he prometido que no la haríamos daño, queremos que sea un importante miembro de la banda.

-¿Y el reino? –preguntó Simmon.

-La chica murió en los incendios, un terrible accidente.

-Ya ¿y esos incendios? Porque no ha sido solo una casa –interrumpió Power.

-Aquí es donde la cosa se puso un poco tensa, ya que hay que intentar que palacio no se haga muchas preguntas y que no parezca que ha sido “muy intencionado”. Veréis, lo que se nos ha ocurrido es que un noble y su gente tuvieron una pelea con otro grupo, todos borrachos, y que la pelea se fue de las manos… y ya está.

-No creo que baste –dijo Fayna escéptica –. Aunque sea un noble querrán saber quién es el responsable para que se encargue de los gastos. El dinero no va a salir de la corona porque unos señoritos vayan bebidos.

-Por eso… –y los siguiente Blake lo dijo rápidamente –he decidido darles la mitad de nuestro dinero.

-¿QUE HAS QUÉ?

-¿NUESTRO DINERO?

-¿LA MITAD?

-¡YO NO DIJE QUE QUEMASEIS NINGUNA CASA!

La mujer se paseó por la habitación hecha una furia.

-Si les damos dinero para cubrir los gastos y un extra la corona lo pasará por alto, no van a entrar en conflicto con sus nobles por unos daños que se han subsanado y por una niña sin nombre -dijo Blake defendiendo su postura.

-No es por malmeter –dijo Simmon –. Pero ¿podrías ilustrarnos en cómo vamos a explicarles al resto que hemos perdido la mitad del botín?

-Bien, el caso es el siguiente –comenzó Blake –. Hay que tomarse esto como una inversión. Yendo al noroeste desde aquí, a unos diez días de camino, hay un templo subterráneo y, en su interior, hay un tesoro que superará con creces todo lo que teníamos. Estoy seguro, me lo dijo una fuente fiable.

-¿Qué fuente? –pregunto Power.

-Una fiable.

-¿No será Benny?

-…Es probable.

-Hemos perdido nuestro dinero –se lamentó Ezequiel.

-Si hay un tesoro ¿por qué piensas que Benny te lo diría? –preguntó Fayna cansada –Ese carroñero no comparte nada con nadie.

-¡Porque él no puede cogerlo! –exclamó Blake con alegría –El templo tiene una serie de trampas, la mayoría están desactivadas –se acercó a la cama de Sora y sacó unos pergaminos de su túnica, los estiró sobre la cama y el resto se acercaron -. ¿Veis? Estos son algunos de los planos que me dio. Las trampas de un uso ya están desactivadas, las de autorrecarga tampoco serán un problema y, en la parte baja, hay una puerta que está sellada con magia.

-Entonces nosotros tampoco podríamos entrar –dijo Ezequiel que estaba mirando con detenimiento los planos –. Seguramente será un hechizo bastante poderoso si está guardando un tesoro.

-Peeeero, hay una pequeña abertura –informó Blake -. Un hueco cuadrado por donde los dueños del tesoro mandaban niños como sacrificio a lo que sea que lo esté custodiando.

-¿Y eso lo sabes o es una teoría? –preguntó Simmon.

-Es lo más probable –respondió Blake –. La primera vez que Benny bajó hasta el templo se quedó plantado delante de la puerta. No podía desactivar el hechizo pero vio ese pequeño hueco en la pared, por cierto, pared reforzada con magia. Un año después volvió con un huérfano y… no me miréis así –dijo viendo la cara de sus compañeros –. Yo tampoco estoy de acuerdo con sus métodos, por eso él va por su camino y nosotros por el nuestro. El caso es que convenció al crío para que pasase por el agujero. El chico le dijo que había bastantes cofres, pero de repente lo oyó gritar, el ruido de unas fauces abriéndose y cerrándose y silencio –golpeó uno de los planos con el dorso de la mano –. ¡Por eso me lo contó! No tiene forma de llegar hasta el tesoro, detesta a los magos, la raza enana no quiere ni verlo después de lo ocurrido en las minas de Rigmein y cualquier niño que meta morirá.

-Aun así esa rata querrá algo a cambio –intervino Fayna –. No creo que la edad lo haya vuelto un altruista.

-Si lo conseguimos quiere la mitad del oro y las joyas que encontremos, de hallar algún arma o alguna otra cosa que podamos utilizar me dijo que nos la quedásemos.

-Es muchísimo –replicó Simmon –. La mitad del botín para un hombre y la otra mitad para repartir entre ochenta.

-Si han puesto un hechizo en la entrada es que guardan algo de gran valor –dijo Power –. Este tipo de hechizos se pagan muy caros, ya que dependiendo de lo resistente que sea la defensa, el mago puede estar semanas e incluso meses hasta terminarlo. Si han puesto un hechizo es que algo hay.

-¿Te vas a poner de su parte? –preguntó Fayna.

-La mitad bien podría ser lo que hemos perdido aquí, puede que incluso más.

-O puede que incluso menos o puede que incluso nada.

-No seas pesimista – reprochó Blake a Fayna, feliz de haber convencido a Power –. El mundo de los bandidos es una aventura. Nuestro trabajo no asegura un estofado caliente en la mesa todas las tardes, ni una mullidita cama de paja para dormir.

-No sé –dudó Fayna –. De todas formas no sabemos qué hay ahí. Podrían matar a la chica –miró a Sora que había mantenido la boca cerrada hasta ese momento.

Toda esta información la estaba saturando, una amplia amalgama de sentimientos la desbordaban. Tenía miedo, se sentía presionada, impotente, fuera de lugar…pero al mismo tiempo resultaba un poco emocionante.

-Sora, ¿aceptas ir? –preguntó el clérigo –Es un gran riesgo.

-Vamos, habéis visto cómo se ha defendido. ¿Cuántos de nuestros camaradas podrían pelear así? –repuso Blake –Y todos ellos se juegan la vida a diario. Estará bien.

-Lo decidirá ella Blake –dijo el hombre mirándolo ceñudo -. ¿Qué dices?

Sora estaba un poco aturullada, todavía no asimilaba todo lo que había pasado.

-¿Puedo… puedo pensármelo?

Ezequiel sonrió.

-Por supuesto. Independientemente mañana partiremos, por lo que prepara rápido todo lo que tengas que llevar y duerme. Amanecerá en unas cinco horas. El templo nos pilla de paso así que tienes diez días para pensarlo. Si aceptas entrarás en el templo, si no… más le vale a Blake aprender a encogerse para pasar por ese agujero.

-Pues a la cama –dijo Power.

Los bandidos se marcharon. Blake le lanzó una mirada rápida acompañada de una sonrisa, saliendo del cuarto sin decir nada más que un “buenas noches”, dejando a Sora con Kanijou y Lou en la habitación.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sora's Souls / Águilas Plateadas / Epílogo

Sora's Souls / Águilas Plateadas / Capítulo IV Mercancía

Sora's Souls / Águilas Plateadas / Capítulo XII La criatura misteriosa