Sora's Souls / Águilas Plateadas / Capítulo XII La criatura misteriosa
Capítulo XII La criatura misteriosa
-Vas a tener que pasar por ahí.
Blake examinaba la puerta de
piedra casi sin pestañear. Paseó las yemas de sus dedos de la puerta a las
paredes; miró el techo, el suelo, lo palpó, se irguió y volvió a mirar la
puerta, acercándose para observar detenidamente la pequeña hendidura que había
en el centro.
-En efecto han usado un hechizo
protector por todas las zonas comunes –dijo al fin.
-¿Y eso lo sabes porque lo has
leído en las notas? –se mofó Sora.
-No –dijo él serio sin apartar la
vista de la puerta –. Tócala.
Sora vaciló un momento, pensando
que podría ser alguna especie de truco o alguna broma, pero al ver que Blake
seguía serio se acercó y palpó la puerta.
Al instante sintió una corriente
eléctrica que le recorría los dedos y le ascendía por el brazo, llegándole hasta el hombro. Retiró la mano rápidamente, no es que doliera, pero la
sensación le había pillado por sorpresa y le había dado un buen susto.
-¿Qué es eso? –preguntó nerviosa.
-El hechizo. Los hechizos
protectores se utilizan en celdas, en cámaras acorazadas, en las casas de los
grandes señores que pueden costearse un hechicero… Sellan puertas o estancias
con magia y vinculan la rotura del sello a una llave, en este caso una pieza
hexagonal. Ese resquicio, ahí se colocaría, de esa forma el hechizo
desaparecería temporalmente para que pudiera abrirse la puerta, entrar, coger o
dejar lo que fuera y salir.
-¿Y hay alguna forma de romper el
hechizo?
-Muchas –respondió Blake
rascándose la cabeza –. La más lógica como digo la llave. También podría
eliminarlo alguien que conozca las propiedades de este tipo de magia, como un
hechicero. Otra forma es que el tiempo acabe disipando el propio hechizo, ya
que estos no son eternos. La última que conozco es por fuerza bruta.
-Podemos entonces…
-No –se negó Blake sin dejar que terminara –. Es un hechizo muy poderoso. Pocas veces he sentido una corriente
como esa cuando he tocado un sello. Estoy seguro de que esto no es obra de un
solo hechicero. Has visto todo este subterráneo, es inmenso. Quien lo mandó
construir se dejó un buen dinero y, desde luego, tampoco escatimó con la magia.
-¿Entonces la única forma de
entrar es por el agujero? –preguntó Sora.
-Eso parece, pero es raro –siguió
mirando pensativamente la puerta. ¿Por qué dejar una apertura? ¿Por qué para un
niño? ¿Qué había dentro? El niño que llevó Benny entró y gritó de pronto y
luego no volvió a decir nada más. El monstruo se tendría que alimentar algo.
¿De niños que le llevaban como ofrenda? No, esto estaba en mitad del desierto.
No podían hacer viajes cada semana para alimentar a la criatura. Si había algo
vivo entonces no tenía la necesidad de comer con frecuencia, al contrario que
el escorpión muerto que habían visto, que posiblemente tuviera algún punto de
acceso al interior de la construcción desde un nido subterráneo. Pero este ser
estaba encerrado. Se agachó y lanzó una piedra brillante que se sacó del
bolsillo al interior de la cámara sellada. Miró por la apertura, pero no vio
nada. Dentro de la limitada visión que le proporcionaba el agujero no encontró
lo que buscaba, telarañas, por lo que descartó la idea. Algún tipo de araña
podría haber cumplido con las características, ya que el dueño podría ir de vez
en cuando, llevando a varios niños de una tacada. La araña estaría oculta en
las sombras, los dejaría bien envueltos y podría ser que le durasen meses o
incluso años en buen estado, pero entonces tendría que haber alguna telaraña.
Se quitó la túnica de viaje y la
introdujo en el agujero, la movió dentro de la estancia, hizo ruidos, nada.
Retiró la prenda del agujero y
sacó un trozo de carne ensangrentada del bolsillo del pantalón, lo lanzó al
interior, esperó y nada.
No se le ocurría alguna criatura
que pudiera permitirse no comer durante tanto tiempo, al menos sin estar tan hambrienta como para
atacar a cualquier ser que intentase entrar en su territorio; joder, si no
había llegado nadie hasta allí desde que Benny se había infiltrado, significaba
que lo que hubiera ahí dentro llevaba sin comer varios años. ¿Y si Benny se
hubiera equivocado? ¿Y si no hubiera sido un sonido de fauces lo que había
oído? ¿Y si era un mecanismo? ¿Y si realmente era otro tipo de trampa?
-¿Entonces qué?
Blake salió de su ensimismamiento
y vio que Sora lo miraba nerviosa. La niña estaba ahí, de pie, sin saber qué
iba a pasar, a punto de jugarse la vida y él se había olvidado completamente de
ella. Se sintió culpable y pensó que le debía una disculpa.
-Perdona, estaba intentando
pensar qué podría haber dentro, ¿se te ocurre algo?
-No sé… ¿una serpiente? –dijo
Sora respondiendo lo primero que se le pasó por la cabeza.
-Se nota que no has salido del
desierto, una serp –de repente se calló –¡Podría ser! Algún tipo de serpiente
gigante. ¡Sí! Eso podría explicar la comida. Tal vez se coma a los niños y los
deje almacenados en su estómago –Sora puso mala cara ante aquellas
declaraciones, aunque Blake no se dio cuenta –. Si se van descomponiendo poco a
poco y tiene algún veneno que los mantenga sin pudrirse… ¡Podría estar meses
digiriendo comida! Además muchas serpientes prefieren cebo vivo, de esa manera
se aseguran que el alimento no esté ya podrido. Si nos ha sentido sería el
motivo por el que no cogió el trozo de carne que he lanzado. Nos está
esperando.
-¿Voy a tener que enfrentarme a
una serpiente?
-¿Te dan miedo?
-No, pero tampoco me gustan. A
Kanijou sin embargo le daban terror, una vez casi salta por la ventana cuando…
–se acordó de sus amigos y se sintió un poco triste. ¿Qué estarían haciendo?
-No hay de qué preocuparse.
Sabiendo a qué nos enfrentamos podemos estar preparados. Tengo dos musgos
morados así que el veneno no será un problema –dijo golpeando suavemente la
saca que llevaba colgada al cinto.
Volvió a agacharse y metió la
mano en el agujero, la sacó al instante. Se escuchó un golpe. Volvió a
repetirlo dos veces más. Se escucharon otros dos golpes.
-Vale, he lanzado tres piedras
brillantes más para que te iluminaran la sala por si el hechizo no es
suficiente. Además he intentado que revotaran en las paredes y oír si estaba
apostada en un lateral –dijo casi en un susurro, atento por si oía movimiento
en el interior -. No ha sonado como si diera a carne, ha sonado a choque entre
piedras, por lo que no está esperándonos al lado del agujero. La sala es un
poco más grande que esta, la piedra que he lanzado a la izquierda ha chocado
más tarde que la que he lanzado a la derecha y adelante, tiene pinta de ser una
habitación rectangular. Ahora que sabemos que no está al lado –seguía muy
concentrado y había empezado a sudar –. Tienes que mantener silencio –sacó un
puñal limpio y reluciente. Metió la mano y usando el reflejo del arma intentó
buscar a la serpiente, primero arriba por si estaba en el techo, esperando para
caer encima de ellos y luego a los laterales y, al ver que no tenía más ángulo para
seguir buscando, sacó el brazo y se dirigió a Sora.
-No la he visto, haremos lo
siguiente. Tú te tumbas boca arriba, yo te empujo para que pases el agujero en
un instante, te incorporas rápido, encuentras a la serpiente y la matas,
recogemos lo que haya de valor y salimos de aquí.
-Un poco optimista ¿no?
-Eres muy fuerte y tienes muy
buenos reflejos, además, la serpiente no puede ser muy grande, de serlo las
piedras la habrían golpeado o la habría visto reflejada y, si lo fuese, casi que mejor, mayor tamaño mayor
diana. Con esa daga podrás paralizarla y luego ya haz una escabechina de esas
que tú sabes. Toma –le tendió la hierba amarillenta y una de las hierbas verdes.
Sora las recogió y las guardó en la saca con sus hierbas –Tienes un musgo
morado, si te mordiera te lo comes y eliminarás cualquier veneno que tengas en
el cuerpo. La hierba amarilla es bastante potente, tómatela solo si el daño que
recibes es muy alto, si no mejor usa las verdes. En cuanto al loto que llevas, úsalo
solo si pierdes mucha sangre.
-¿Estás seguro de esto?
-En Pladilia no habrás tenido que pasar por muchas dificultades, pero créeme, si quieres vivir en los bosques,
lobos y osos serán el menor de tus problemas. Ahí fuera te aguardan trolls,
driadas, ents y los dioses quieran que no te encuentres con un ogro –respondió
Blake algo entusiasmado -. Habrá criaturas con las que puedas hablar y entablar
una amistad como los centauros o las ninfas, pero habrá otras a las que tengas
que matar como las arañas gigantes o los basiliscos. Si ves que lo tienes mal
siempre puedes intentar salir por el agujero, pero viendo como peleaste contra
Hasim me sorprendería que tuvieras problemas.
Tras una breve pausa Sora asintió
y se tumbó boca arriba, justo enfrente del agujero.
Blake se puso a sus pies –¿Lista?
Sube un poco la cabeza y ponte el pelo sobre el pecho, también colócate el
saquito en la parte delantera, luego si quieres vuelve a ponértelo a la espalda
–Sora solo quería que lo que pasase pasase de una vez. Volvió a asentir mientras
sujetaba la empuñadura de la daga con fuerza y Blake, la empujó con fuerza
contra el agujero.
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